El logotipo del pago sin contacto, también conocido como “contactless”, ha ido apareciendo tímidamente en Latinoamérica y este año se espera un gran salto en la adopción de esta tecnología que permite compras más rápidas y pagos sin perder de vista la tarjeta.
El plástico ya no se inserta en el terminal. Solo con acercarlo, las ondas inalámbricas de corto alcance permiten enlazar dos dispositivos y completar la transacción.
Pero aunque la pegatina que anima a usar el contactless no ha dejado de extenderse, el uso en Latinoamérica está muy por detrás de otras regiones.