Las peleas entre hermanos son lo más típico en las relaciones familiares. No importa si uno ya es adulto o adolescente y el otro es chico, siempre pelearán, por cualquier cosa.
Lo que significa un trabajo arduo para los padres, que siempre deben estar atentos a estas disputas y ayudarlos a conseguir una solución. Pero, ¿cómo pueden lograrlo?
Primero, deben sentar a sus hijos e intentar detectar a través de ellos cuál es el conflicto que los relaciona. Aunado a esto, incitar a cada uno a exponer una posible solución, eligiendo la que deje a ambos contentos. Si ninguno quiere pensar en ello, te tocará como padre elegir y ayudarlos a solucionarlo por completo.