Cuando tenía 22 años, Puddicombe estaba fuera de un bar de Londres con un grupo de amigos cuando un conductor ebrio los atropelló. Mató a dos de ellos.
Unos meses más tarde, su hermanastra murió en un accidente mientras montaba su bicicleta y luego una exnovia falleció durante la cirugía.
En ese momento, Puddicombe estaba estudiando una licenciatura en ciencias del deporte pero en medio del dolor decidió dejarlo todo, viajar al Himalaya y convertirse en monje budista.
Pasó los siguientes diez años como monje, viajando por Asia y meditando hasta 16 horas por día.
Andy Puddicombe asegura que la meditación le ayudó a aceptar todo.
“Me dio un cambio de perspectiva. Me enseñó a centrarme menos en mí mismo y a brindar mayor felicidad a los demás“, dice este británico que ahora tiene 46 años.
Sin embargo, sus amigos y familiares estaban un poco preocupados.
“Ninguno de ellos realmente sabía qué hacer. Pero a pesar de todo, fueron increíblemente comprensivos y alentadores”, añade.