Un adolescente hispano que radica en el condado de San Diego, California, sufrió uno de los peores momentos de su corta vida cuando fue detenido, esposado e interrogado por varios hombres que resultaron ser agentes de inmigración sin uniforme.
“Pensé que me iban a secuestrar”, dijo el joven de 15 años de edad, identificado como Jaime, quien es residente permanente y no tenía idea sobre lo que estaba pasando.
Cuenta que la tarde del pasado 19 de marzo caminaba de su casa en Chula Vista a una iglesia local cuando de pronto un vehículo le cerró el paso.
El conductor era un hombre vestido de civil que a gritos y con groserías le ordenó detenerse para luego intentar subirlo a la fuerza al automóvil particular.
Ese hombre y otros cuatro que llegaron después, no se identificaron ni mostraron alguna identificación o placa que indicara que fueran policías, por lo que Jaime tomó su teléfono celular y llamó al 911 de emergencias.
Sin embargo el teléfono le fue arrebatado y arrojado al suelo para luego ser sometido y esposado, le dijeron que eran de inmigración, pero Jaime pensaba que se trataba de un secuestro por la forma como lo trataban.