Un joven de 17 años de Reino Unido que se alimentó diariamente de papas fritas, plan blanco y carne procesada durante una década perdió la vista debido a su dieta, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine.
La dieta llevo al joven a desarrollar una condición llamada neuropatía óptica nutricional (NON) que se manifiesta en el daño al nervio óptico que lleva a la pérdida de la visión y si no se diagnostica, a la ceguera.
Se trata de un caso frecuente en niños que sufren desnutrición en países en vías de desarrollo.
El paciente, al que se mantiene en el anonimato, también desarrolló pérdida de audición y debilidad ósea.
El informe señala que el joven padecía un raro trastorno alimenticio desde que asistía a la escuela primaria, el trastorno de ingesta de alimentos con restricción de evasivos (ARFID, por sus siglas en inglés).
Quienes lo sufren se vuelven sensibles al sabor, textura, olor o a la apariencia de ciertos alimentos. El joven le había dicho a los médicos que no le gustaba la “textura” de las frutas y verduras.